Cuentan que el otro día la reina Isabel, a la hora
del té en su magnífico salón imperial, le preguntó a su hijo, el príncipe
Carlos:
-¿Has visto cómo se han espabilado en España?
-¿Qué quieres decir, mamá?
-Sí, parece que las crisis agudizan el ingenio de
los pueblos, y en este caso los ingeniosos españoles han inventado la
denominada “Recolocación”.
-¿Recolocación? ¿Y en qué consiste eso?
-Pues muy fácil. Es todo lo contrario a la
profesionalización especializada. Es decir, que todos harán de todo, sin
importar su formación ni experiencia.
-¡Por San George, no me lo puedo creer…! ¿Cómo es
posible que no se nos haya ocurrido a nosotros antes? Entonces, para poner un
ejemplo, ¿si tuviera un accidente y tuviera que precisar la asistencia de un
médico?
-Pues muy sencillo, Charles, como en España han
inventado la recolocación, pues
vendría un bombero y te atendería con su manguera como un profesional de la
medicina. Sí, sí, es así, como lo oyes, hijo. Estoy seguro que apagaría el fuego
del coche, y luego te atendería a ti después, sin menoscabo de sus funciones
como médico o auxiliar. Esto pasa porque, como en todas las crisis, los
gobiernos quieren echar gente a la calle, pero como se imaginan lo que pasaría,
el caos, pues no lo hacen, y los recolocan
donde sí se creen ellos que hacen falta.
Por ejemplo, donde antes había un
soldador, como hacen falta cocineros, pues quitan el puesto del soldador y
ponen un mecánico especializado haciendo tortillas de patatas, pizzas y todo
tipo de guisos de lo más variado. Muy sencillo, verdad… Es el mejor modo de
salir de la crisis que haya inventado una mente humana Parece increíblemente
sublime, genial, único que haya mentes tan preclaras, verdad, Charles... Pues así
no tienen que echar a nadie. Y todos tan contentos ¿Es increíble, verdad, Chaaarles?
-¡Increíble, de verdad, estos españoles! ¡Jamás me
lo hubiera podido imaginar! ¡Lo que no inventen ellos! Pero ¿y si quiero que me
atiendan entonces en el hospital, después del accidente, tal como tú has
supuesto?
-Pues muy fácil, hijo: tendrás camareras de bar, o
administrativas, o celadores a tu disposición, haciéndote tomar los
medicamentos, dándote la comida y curándote las heridas hasta que te des de
alta. Y no sólo eso, pues si viene un bombero, o un mecánico ingeniero, o un
operario de grúa, mejor que mejor. Más seguro te sentirás, pues son como genios
que lo saben todo, tienen o tendrán cinco, seis o siete carreras y muchísima
experiencia demostrada, de lustros.
-¡La verdad, me parece genial este invento de los
legisladores en España. ¡Es tan inteligente…! Pero escucha: no acabo de
entenderlo! ¡Cómo va a saber un mecánico de medicina! Hostia, no había caído…
¿Les dará tiempo a estudiar todas las carreras, de modo que puedan estar
preparados para cualquiera de ellas cuando se presente la ocasión, en tan poco
tiempo de vida?
-¡Cómo se nota que no conoces el espíritu humano,
hijo mío! Es muy sencillo, sólo hace falta saberlo todo, ser un recolocado, un
experto en multifuncionalidad profesional. Tener veinticinco carreras y todo
tipo de experiencia profesional. Sólo así puedes estar preparado. ¡Ser un crac
como ellos! Nosotros no entendemos mucho de esto, porque somos más específicos.
Pero por lo que vemos, después de estas noticias del invento de la recolocación, el espíritu de Leonardo da
Vinci vuelve a estar en boga, ¡y todavía perdura en España! Sólo un espíritu
humanista puede abarcarlo todo, un genio, y estoy convencida que con unos legisladores
tan ingeniosos, inteligentes y sabios, el pueblo español estará a la cabeza de
Europa en muy poco tiempo, Charles… ¡Ya verás, ya verás…! ¡Chaaarles…! ¡No te
rías de mí!
Fernando Gracia Ortuño
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