miércoles, 7 de marzo de 2012

El Perfume

Primero pensó que era como los demás. Sin embargo con el paso de los años se dio cuenta que su olfato era diferente. Una facultad única para encontrar el mejor aroma. Se sintió un perro mucho tiempo, pues también había nacido entre pescados podridos en el mercado más sórdido de París

Fernando Gracia Ortuño
OcioZero

martes, 6 de marzo de 2012

Música

Es mentira que la música amansa las fieras, pensó el disc-jóckey. Lo que frena el momento es algo distinto, sentenció, mirando de reojo la pista, abigarrada de luces proyectadas en todas direcciones, mientras detenía el sonido para dar paso a los anuncios comerciales. Hoy las fieras no se amansan.

Fernando Gracia Ortuño

lunes, 5 de marzo de 2012

Anuncio

Desde que estuvo con una, le interesaban las doncellas para el servicio. No duraban mucho. Universalizó el esquema pensando que todas serían igual, y las cortejaba con sutiles promesas. En la entrevista, mirando descaradamente, daba por sentadas algunas cosas... Una llegó a pensar que se había confundido de anuncio.

Fernando Gracia Ortuño
OcioZero

domingo, 4 de marzo de 2012

Frontera

Como había estado tanto tiempo sin pulsaciones, le preguntaron qué había visto y sentido..., cómo era la concesión aquélla del más allá. Pero a él se le antojó que no hablaría, al ser imposible, en aquél ambiente,  describir tanta pureza, pues no la podrían siquiera concebir.

Fernando Gracia Ortuño
OcioZero

sábado, 3 de marzo de 2012

Entró

De pronto se representó un partido, cuando el comentarista exclama apoteósicamente que la bola entró. Él sintió el mismo clamoroso zumbido de celebración de miles de voces al unísono, cuando aún no se creía que semejante belleza estuviera a su lado... ¡Entró, entró!, remedó triunfalmente al comentarista loco.

Fernando Gracia Ortuño

viernes, 2 de marzo de 2012

Cruz

¿Cómo pudo todo un Consejo del Sanedrín condenarle de común acuerdo por algunos preceptos, cuando el tiempo vino a confirmar que estaban equivocados crucificándolo? El amor acabó triunfando con el tiempo, pero en el año cero, tras el apaleamiento, a las calumnias, se sumaron los esputos sobre sus llagas.

Fernando Gracia Ortuño
OcioZero

jueves, 1 de marzo de 2012

Antaño

Por fin podía descansar en paz, a cuatro metros bajo el suelo. Arriba oía los altercados, las fogatas y las convulsiones típicas de la revolución. Las larvas le cosquilleaban el cuerpo graciosamente, mientras el estruendo se volvía espantoso, en el otrora país de las corridas.

Fernando Gracia Ortuño
OcioZero