No se concebía sin esas personificaciones. Vivía con ellas. Si veía un cojo por la calle, le iba detrás, remedándolo. Si escuchaba un gritón en otro piso, gritaba en casa. Si alguien tropezaba, él también. Todos los tics, manías, deformidades... Hasta que vio "El exorcista"
Fernando Gracia Ortuño
Copyright
No hay comentarios:
Publicar un comentario