lunes, 30 de julio de 2012

CEE

Por suerte la sueca no sabía español. Él era atractivo, su comunicación no verbal, excelente. Mentiroso, taimado, ingenioso, perspicaz, se la llevó al huerto sin muchos preámbulos. En las playas del país del sol, comenzó la espectacular, legendaria, andadura europea.





Fernando Gracia Ortuño



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2 comentarios:

  1. Acabo de volver de vacaciones y me encuentro con esta auténtica perla. Desprende tanta ironía que te tira de espaldas. Felicidades, Fernando.

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  2. Gracias, Rafael, intenté crear una metáfora que recreara en sí el proceso.

    Un abrazo

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