Negra curiosidad siguen tus pasos, cuando de pronto te giras y allí estoy yo, sonriendo. Encandilada, te embauca la oscura capa, satinada en púrpura, pero cuando arrebato el misterio de tu levedad, sobrevolando la metrópoli, pierdes el sentido. No tanto como después en la guarida.
Fernando Gracia Ortuño
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Nunca se sabe lo que puede ocultarse debajo de un "demonio de la noche"...
ResponderEliminarYo sólo de pensarlo, Rafael, me aterrorizo...
ResponderEliminarSaludos