lunes, 8 de octubre de 2012

Tomar conciencia

La ventana lo era todo para ella. Cualquier pensamiento convergía necesariamente allí. La experiencia nocturna tornábase una obsesión. Eran esos canalillos escrutados a media altura, esas pechugueras bamboleantes, esas hondonadas ocultas de los prismáticos lo que la convencieron que debía cambiar, o por lo menos implantarse un órgano artificial
 
 
Fernando Gracia Ortuño
 
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