viernes, 21 de septiembre de 2012

El lector escritor

Como hoy vivimos una era de globalización total del liberalismo consumista productivo, descarnado y reciclable, con contenedores de todos los calibres y tamaños, apenas se encuentran diferencias entre lectores y escritores. Soy pues un lector asiduo y constante, pero también escritor acérrimo, y por tanto todo lo que leo lo enfoco desde ésa óptica nueva, la del escritor lector crítico contumaz que no puede dejar de lado la acidez más fría y demoledora del sistema individualista cosmopolita y productivo de este nuevo liberalismo recalcitrante que está intentando sacarnos todos los cuartos mientras trabajamos como negros, y encima si rechistas, eres el malo porque tienes trabajo. ¡Sí, buana, entonces, que os den por saco, ladrones!


Fernando Gracia Ortuño

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2 comentarios:

  1. Un ultraliberalismo que nos arrolla y destroza las estructuras de protección social, por no hablar de las personas una a una, etc...
    Por desgracia, Fernando, nos gobiernan unos obsesivos que hacen de correa de transmisión de la extrema derecha económica, ponen las consignas del Bundesbank sobre nuestras cabezas y... hale hop!

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    1. Tienes toda la razón, María. Hace un rato por televisión una chica comentaba acerca de la huelga de metro y bus de Madrid, achacando a los huelguistas que ellos "tienen trabajo", y por tanto tienen que apechugar con todo, ante un horizonte de cinco millones de parados. A esto me refiero. Ella se queja, pero si estuviera esclavizada, condenada a trabajar como una negra, sin cobrar lo necesario para llegar a fin de mes, si viera que todo su sudor la está conviertiendo poco a poco en una esclava del sistema ultraliberal, y que al final va a preferir no trabajar, tal vez no le echaría la culpa a los que de momento tienen trabajo. Esto es lo que quieren las grandes empresas que pensemos, que porque tienes trabajo lo mismo da ocho que ochenta, que cada vez trabajemos más, más mal pagados y con pésimas condiciones, sin dinero y molidos y reventados de trabajar, sin poder siquiera descansar como es debido, para crear sus imperios mega económicos fundados en este nuevo tipo de esclavitud moderna, que hace que una joven sin trabajo odie a quien lo tiene, le envidie, y esté dispusta a aceptar este tipo de esclavitud moderna en que ni siquiera tendrá tiempo de ir a mear cuando tenga su anhelado trabajo...

      Gracias, María, por tu comentario tan acertado, besos

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