El mobiliario era impecable, sorprendiendo aquél camarero mofándose de un subordinado: ¡estudioso, titulado!, le llamaba. En esto el metre irrumpió en la sala con una bandeja:
-¡Llévalo!
-¡Si ej que pa hacé café y llevá etto no hace farta eztudiá!
-¡Pero sí muchas cervezas y cinco ossobucos, verdad!
Fernando Gracia Ortuño
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