domingo, 26 de febrero de 2012

Espectáculo

Él creía que estaban ahí todos mirando la escena para defenderlo de aquél atracador. ¡Cuánto se equivocaba, pensó después, al comprobar en el primer lance de la pelea que no era así, sino que las risas, que restallaron terribles en el callejón, pronto denotaron el comienzo del espectáculo! Cuando hubo acabado con el atracador, sin embargo, los chacales aquellos ya no reían tanto, ya no atacaban con sus voces roncas y corrompidas por el alcohol las sucias paredes de la noche. Por el contrario, al verlo vencedor, escaparon de consuno como chacales despavoridos, gritando aviesamente su burla.

Fernando Gracia Ortuño

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